Peña Santa de Castilla (2596m) por la Canal Estrecha

Peña Santa de Castilla por la Canal Estrecha

En el Macizo Occidental o Cornión de los Picos de Europa se alza majestuosa e imponente la reina de estos lares: Peña Santa, también conocida como Torre Santa. Con el apellido de Castilla para los leoneses y Santa a secas para los asturianos, pues es divisoria entre las dos provincias y vierte sus aguas hacia sendos lados.

La cima de esta gran mole calcaría de 2596 metros debería constar en el curriculum de cualquier amante de la montaña. Pero ojo, esta cumbre no la regalan, pues no hará emplearnos a fondo tanto en lo físico como en lo técnico. La Canal Estrecha por la vertiente norte y la Canal Ancha por la vertiente opuesta son dos de sus rutas consideradas normales. Las dos vías comparten el mismo itinerario desde la Brecha Norte hasta la cumbre  y su dificultad es Alta. Están catalogadas como A.D. (Algo difícil)  pues son más de 350 metros de trepadas en ambas vías y tendremos que superar pasos de III+ y IV respectivamente, poniendo a prueba nuestra pericia como montañeros.

En definitiva, la ascensión a Peña Santa es sin duda una actividad a programar.

Me centraré en la vía que ascendimos que, como reza el titulo, fue la Canal Estrecha.

Una vez más deciros que no pretendo, ni mucho menos, que esta lineas sirvan de Guía o de Referencia para realizar esta magnifica actividad.

Lo que simplemente quiero contar es mi visión de la actividad y mi vivencia en un día de pura montaña y, en este relato no he sabido hacerlo de otro modo. 

 

Peña Santa de Castilla por la Canal Estrecha

En esta ocasión me acompaña mi amigo Toñin, pues sin querer coincidimos los dos en Asturias.

Le propuse realizar la ascensión conmigo y sin pensárselo dos veces acepto encantado. Elegí esta vía por proximidad de acceso desde la vertiente asturiana, la cual nos encontrábamos.

Con la primera luces de la mañana emprendimos la marcha desde Vega Huerta (1050) por el camino perfectamente marcado con marcas blancas y amarillas (P.R) que nos lleva al refugio de Vegarredonda (1410). Aquí o en el antiguo refugio, unos metros más arriba, será el último punto donde encontrar agua. He de recordar que  los Picos de Europa en sí mismo es un sistema Kárstico. Es como si fuera un gran queso grullere. Las rocas calizas son totalmente permeables, esto hace que el agua de lluvia o de deshielo no circule en escorrentía si no que se filtra a través del subsuelo buscando el nivel freático. Así qué, adiós agua. Dicho esto, no ser austeros y aparte de comida,  llevad agua suficiente para hidratarse bien, puesto que ahora en pleno verano no será fácil encontrar agua  para beber.

Continuamos por el mismo sendero  ganado altura hasta la cota 1800 aprox., lugar donde el camino se bifurca. Cogimos el sendero de la izquierda que nos lleva al Collado de la Fragua. Según avanzamos vamos dejando atrás los bonitos pastos alpinos y nos adentramos cada vez más de lleno en un paraje casi lunar, tan característicos de estas montañas. En el Collado giramos a la derecha bajo los pies de la pared oeste de Los Argaos. Llaneamos unos metros por una zona conocida como las Barrastrosas, para poco después encontramos con otra montaña emblemática de este macizo, la Torre Santa de Maria o Peña Santa de Enol. La Gran Dama.

Con las primera luces del día el sendero trancurre entre majadas y pastos alpinos.

Paisaje tan característico de lo Picos de Europa, al fondo Peña Santa de Castilla.

Torre Santa de Maria o Peña Santa de Enol. La Gran Dama de este macizo.


 

Llegamos a la entrada del Jou de lo Asturianos y lo flanqueamos por la izquierda para poco después llegar al Collado de la Boca de Jou Santo que separa el Jou de lo Asturianos con el de Jou Santo. Estos Jous son dos impresionantes depresiones en el terreno producido por el hundimiento del subsuelo, típico fenómeno morfológico de un sistema Kárstico. Seguimos avanzado por el sedero bien marcado hasta el Collado del Jou Santo. Aquí el sendero empieza a desaparecer justo debajo de un farallón rocoso, seguimos ganando altura y empezamos a movernos por un pequeño mar de lapiaces, bloques, canalizos y llambrias. El típico terreno donde no me gustaría transitar con niebla o de noche. Algunos hitos dispersos y la intuición hacen que vayamos acercándonos correctamente  a la entrada de la Canal Estrecha. Unas marcas de pintura amarilla nos dicen que vamos en buen camino. A partir de ahora solo tenemos que seguir las marcas. Hay quien dice, que esto de marcar el itinerario  con pintura desvirtuar la actividad perdiendo así la esencia de la aventura. En cierto modo comparto esa opinión. Pero tengo que decir que en esta ocasión nos vino bien seguir las marcas. En la Canal no hay problema, igual hay demasiadas. Pero una vez en la Brecha Norte, donde el terreno es mas perdedor, no viene mal encontrarte con alguna pista indicándote que vas por el buen camino.

Peña Santa vista desde la entrada de Jou de los Asturianos.

Zona de lapiaces, bloques y llambrias. Terreno peligrosos para transitar con poca visibilidad.


Superando los primeros contrafuertes rocosos que dan acceso a  la vía.

Primeras marcas amarillas. Al fondo se deja entrever la Canal Estrecha.

Entrado en la Canal, las marcas amarillas siempre visibles indicándonos. 


 

Antes de afrontar la vía, en un lugar cómodo y seguro nos colocamos el arnés, el material y preparamos la cuerda. Íbamos ascender encordados progresando en ensamble, es decir, los dos miembros de la cordada avanzaríamos a la vez. E iríamos emplazando seguros intermedios. Abundan los puntos donde poder asegurarse. Pitones, puentes de roca, fisuras y los propios parabolts a prueba de bombas de las reuniones... nos iban a servir para ascender  la Canal asegurados. Como mínimo siempre teníamos dos o tres seguros colocados e íbamos alternado entre seguro y seguro un mini bloqueador. Esto de colocar el bloqueador es para que el segundo de la cordada siempre esté asegurado. También al colocar el bloqueador, si el segundo cayera el primero de la cordada no se vería arrastrado por éste porque la cuerda no tracciona ni  transfiere la carga sobre el primero.

Si el primero cayera estaría asegurado por el segundo porque se produciría una polea entre ambos.


Abundan los buenísimos emplazamientos para los seguros fijos y móviles. Detalle de como colocar el bloqueador sobre la cuerda.

Progresar en ensamble por este terreno no es la forma más veloz de ascender, pero si es más rápido que trepar a largos toda la vía. Trepar a largos en un terreno como este tampoco sería muy seguro puesto que perderíamos mucho tiempo en superar los 350 metros de la vía. Lo recomendable es subir y bajar cuanto antes. Y en una montaña como esta, aún más.

Hay  que  intentar buscar  el equilibrio entre ir asegurados y rápidos ¡Esto también es seguridad!

Obviamente lo más rápido sería subir sin cuerda, como hacen muchos. Es una opción también valida. Yo en su día ascendí por la vía Norte Directa y descendí por la Canal Estrecha sin utilizar cuerda alguna. No es digno de alabanza, si no de otros tiempos que no viene al caso recordar.

Desde luego si no sabes utilizar una cuerda o quieres subir muy rápido la mejor opción es ascender sin cuerda. Si asumes el riesgo de ascender sin cuerda sabes que tienes poco margen de error, al no ir asegurado las consecuencias de una posible caída podrían ser fatales.

Tengo que hacer hincapié  y dejar bien claro que progresar en ensamble no es fácil, tiene su técnica y lleva su tiempo un aprendizaje correcto.  Es más complejo de lo que parece y hay que tener en cuenta otros factores de los que no he hablado. Estas lineas, nada más, sólo dan una ligera idea. 

Si no sabes hacerlo mejor no lo hagas. Si lo haces mal podrías poner en riesgo tu vida y la de tus compañeros.


Progresión en ensamble con puntos de seguros intermedios. Los dos montañeros progresamos a la vez con la cuerda semi-tensa.

 

Metidos en faena fuimos, como Dorothy en el Mago de Oz, avanzando por la Canal siguiendo las marcar amarillas hasta llegar a la primera Chimenea. La afrontamos por la izquierda por un muro vertical de canalizos, llamados también tubos de órganos, que nos deposita en un nicho para después superar, con un paso atlético, un pequeño resalte vertical. Superado el resalte nos desplazarnos en travesía  hacia la derecha para volver de nuevo a la Canal.

No movemos durante unos metros por un terreno fácil hasta llegar a una segunda Chimenea con dos secciones verticales. Justo a la salida de la Chimenea, en la segunda sección, encontramos un divertido desplome de III+ con buenos  agarres y apoyos. Creo que esto es lo más difícil de la vía.

Continuamos unos metros hasta encontrarnos con la tercera Chimenea, vamos bien encajados al comienzo por un tramo horizontal, según ganamos altura la Chimenea va ganando verticalidad, ésta se acentúa llegando al final. Unos pasos sobre una placa nos deposita en una repisa que da acceso a un pequeño anfiteatro. Por un terreno bien definido y sin complicaciones llegamos a la Brecha Norte. 

La progresión por la Canal Estrecha no me resulto complicada en absoluto, más bien divertida y entretenida. Es a partir de ahora donde íbamos a encontrar los pasos más expuestos y comprometidos. 

Trepando la primera Chimenea.

Entrado a la segunda Chimenea.

Salida de la tercera Chimenea.



Con una paso atlético salimos del nicho de la primera Chimenea          Tramo de transición, fácil de transitar, entre una Chimenea y otra

Nada más salir de la Brecha tenemos que hacer una pequeña travesía por una placa un tanto pulida. Este paso nos da ha entender que las dificultades aún no han cesado, si no todo lo contrario. Yo creo que comenzaban. Las marcas nos conducen a un muro vertical con buenos agarres que tendremos que superar para alcanzar un espolón muy aéreo. La sensación de vacío está muy presente constantemente. Dejando entrever el carácter nada fácil de esta montaña, seguimos trepando hasta alcanzar lo más alto del espolón para regresar, después de unos cuantos metros de trepada, de nuevo a la vertiente Norte. Aquí teníamos dos opciones. Una, destrepar una placa para luego hacer una larga travesía bastantes expuestas y aérea sobre unas llambrías o la opción que escogimos nosotros: Seguir trepando para alcanzar una arista también bastante aérea pero menos expuesta que las llambrías. Continuamos progresando en ensamble, con la cuerda semi-tensa, por la arista durante unos metros hasta el final de ésta para luego descender de nuevo hacia el Sur. La salida de la arista, destrepando y encajado entre dos paredes en forma de chimenea me impresionó y la vez me encantó, pues disfruté muchísimo al tener los 500 metros de la Caras Sur a mis pies. Sin palabras.

Debo de indicaros que justo antes del final de la arista hay una placa con una repisa en la mitad que imagino que también se podría bajar por ahí. Nosotros de hecho a la vuelta subimos por esa placa.

Después de descender unos cuantos metros, nos situamos justo debajo de la cima, no tengo ni idea por donde continuar. Las famosas marcas hace tiempo que no las veo. Entiendo que éstas marcarían el itinerario de las llambrias. Después de unos minutos sopesando por donde continuar opto por negociar otra infame placa en travesía. Con un par de friends aseguro los pasos, benditos friends. Aquí hicimos un pequeño largo tanto de subida como de bajada. No sé si es este el el trazado original o es alguna variante, con mucho cuidados nosotros lo negociamos por ahí. 

Superado esta dificultad sólo nos quedaba el último tramite, ascender por una chimenea que nos deja a unos pocos metros a la derecha de la Cima. ¡Por fin la cumbre de Peña Santa (2596) es nuestra!

Trepando el aereo espolón Sur

Comenzando ascender por la arista

Última Chimenea justo antes de la cima


Muy contentos nos abrazamos y nos felicitamos. Nos hicimos la fotografía obligada y emprendimos el descenso por el mismo itinerario. Algo me hace no estar tranquilo pues hemos tardado 7 horas en subir, creo que empleamos mucho tiempo y, todavía quedaba el descenso, no sin antes volver a superar algún paso algo comprometido. En una montaña como esta no puedes relajarte en ningún momento. Conozco el caso de alguna cordada que se les ha hecho de noche. 

Superado las mismas travesías, chimeneas y arista llegamos de nuevo al espolón. Hasta aquí habíamos destrepando todos los pasos. Para salvar el espolón aéreo, que en absoluto me apetecía destrepar, montamos un rapel. Bajamos y cuando mi compañero iba a recuperar la cuerda, ésta se estaba rizando. Yo sabia que esos rizos no iban a poder pasar por el maillón y nos iba a ser imposible recuperar la cuerda. Antes de que esto sucediera, tuve que subir a recuperarla. Toñin no se atrevía a mirar y me Instaba a que no lo hiciera. Tuve que escalar a pelo unos 5 o 6 metros de muro muy vertical. Se me antojó fácil, ya que los agarres eran muy buenos. No tenía otra opción pues la cuerda no se podía quedar ahí. Es cierto que hubiera podido emplear parte de la cuerda que teníamos abajo para asegurarme. Pero no quería perder  más tiempo. Igual no hice lo correcto. Pero tenía claro que de ahí no me iba a caer. Estaba convencido. Si hubiera dudado un solo instante hubiera subido asegurado. 

Recuperamos la cuerda y volvimos de nuevo a la Brecha Norte, bajamos el pequeño anfiteatro y emprendimos el descenso por la Canal Estrecha. Después de realizar tres rápeles de 30 metros cada uno, esta vez sin ninguna complicación y, de destrepar algún resalte que otro volvimos al mar de roca caliza que precede a la entrada de la Canal. Superado este último tramite volvimos a fantástico sendero que nos devolvería después de muchas horas, 1900 metros de desnivel acumulado tanto positivo como negativo y casi 20 Km de recorrido lineal de regreso a Vega Huerta.

Toñin descendiendo en rapel la segunda Chimenea.

Yo en la cima disfrutando del espectacular paisaje.


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Comentarios: 2
  • #1

    Mariano (lunes, 01 agosto 2016 20:33)

    Menuda hazaña, compañeros.
    Os felicito por la actividad.
    Coincido que fue acertado haberlo hecho en ensamble: un mínimo de seguridad siempre es conveniente.
    Me quedo con el detalle de poner el minibloqueador, pues hoy me acuesto habiendo aprendido algo nuevo.
    Un saludo

  • #2

    David Sotillos (martes, 09 agosto 2016 21:16)

    Doy fe de que como no se te dé bien la cosa y te retrases te toca hacer noche como buenamente puedas, me pasó a mí hace tiempo... y no soy el único, conozco más casos.
    Es una actividad de cierta envergadura, de una gran belleza a la vez que dura y con cierto grado de exposición. Enhorabuena por la ascensión... ¡y por bajar a tiempo de cenar!... jaja... ;-)
    Por cierto, coincido en que muy bueno el detalle de los bloqueadores para progresar en ensamble, tampoco sabía ese método y desde luego es efectivo y seguro.

    Un abrazo.